Haría falta poder imaginar un mundo en el que los lazos de interdependencia y cooperación sean posibles al punto en el que podamos superar al trabajo como forma de organización social. Para ello, sería necesario dejar de desear el trabajo digno que nos permite consumir un poquito más. Haría falta recuperar nuestra capacidad de desear ese mundo; solo así podremos renunciar a la normalidad y poner el cuerpo para hacerlo posible.
Según el más reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Panorama Laboral 2021. América Latina y el Caribe, después de dos años de pandemia, 4.3 millones de mujeres no pudieron recuperar su empleo, lo que representó el 93 por ciento. De acuerdo a la OIT, […]