Por: Soledad Buendía Flora Tristán, una figura icónica del siglo XIX, se destacó como una adelantada en la lucha por la igualdad de género, los derechos de las mujeres y la justicia social. Su vida y obra no solo marcaron un hito en la historia […]
El pasado 5 de abril numerosas fuerzas policiales y militares del Estado ecuatoriano ingresaron de manera violenta a la Embajada de México en Quito, en un acto nunca visto en nuestra región, en un nivel tan primitivo y fascista.
La principal lección que nos dejó la CPAC 2024 es que la derecha y su variante extrema avanza en su articulación, y tienen representantes en América Latina. De hecho, está por verse el estrago que hará en un país clave para la integración regional, como Argentina.
Las políticas de cuidado son indispensables en América Latina para construir sociedades del bienestar más justas y prósperas. Si bien se han logrado avances significativos, todavía hay mucho trabajo por hacer. Es necesario un compromiso continuo por parte de los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado para garantizar que todas las personas tengan acceso a un cuidado de calidad y puedan vivir con dignidad y bienestar.
Proporcionar a las personas la opción de una muerte digna es un acto de humanidad y empatía que refleja el respeto por la autonomía individual y la preservación de la dignidad humana en todas las etapas de la vida. Por lo tanto, esta sentencia histórica no solo es necesaria, sino que constituye un paso crucial hacia una sociedad más comprensiva y empática con el sufrimiento humano.
La idea del comunismo merodea como un fantasma e insisten en que ha muerto, pero los que seguimos discutiéndola la traemos a la vida una y otra vez, tentando un poco más, al punto en el que todas esas ganas de cambiarlo todo puedan una vez más apostarle a la idea radical de que es necesario abolir todas y cada una de las categorías políticas que nos oprimen para hacernos por fin, universalmente iguales.
Desde el 15 de enero, Francia ha sido testigo de masivas manifestaciones, evidenciando un marcado descontento social que refleja, en cierta medida, las consecuencias de las políticas neoliberales.
Nayib Bukele corre “prácticamente solo” y con una amplísima ventaja, sino porque su Gobierno se ha asegurado de que no exista ninguna garantía para nadie en los partidos, en las instituciones, en los medios y en las calles, que no sea de su propio bando.
La política y la acción colectiva, cuando se abrazan con un propósito compartido, se convierten en los cimientos sobre los cuales se construyen las transformaciones sociales duraderas.
Guatemala está finalmente frente a una oportunidad histórica de tener un gobierno que le sirva al pueblo y no a los corruptos de siempre. La misma comunidad internacional que levantó la voz vehementemente este domingo pasado, y mucha más, no pueden darle la espalda después.