Guatemala está finalmente frente a una oportunidad histórica de tener un gobierno que le sirva al pueblo y no a los corruptos de siempre. La misma comunidad internacional que levantó la voz vehementemente este domingo pasado, y mucha más, no pueden darle la espalda después.
A pesar de los avances todavía estamos lejos de alcanzar que el sistema represente realmente el gobierno del pueblo y superar el monopolio mediático que impide el acceso a la información como asignatura pendiente. América Latina enfrenta desafíos importantes en su camino hacia una democracia plena y efectiva.
A una semana de la segunda vuelta electoral en la que la ciudadanía guatemalteca elegirá a quien sustituya al actual presidente, los intentos por socavar la democracia no cesan.