Por: Soledad Buendía Herdoíza 

“Los feminismos tienen contra feminismos que se dicen ser liberales, no somos todas parte del mismo saco, el problema es de lucha de clases”

Gabriela Rivadeneira Burbano

La Internacional Feminista surge como una opción de articulación y de acción política internacional que adscribe un manifiesto de 8 ejes para la transformación.

Esta plataforma conformada en Ciudad de México el pasado 30 y 31 de marzo parte reconociendo la necesaria erradicación y superación del patriarcado; plantea al feminismo como una apuesta estratégica para impulsar un proyecto de sociedad que mejore las condiciones de vida de la humanidad y su relación con el planeta, con salidas democráticas igualitarias y justas frente a la crisis neoliberal y multidimensional.

La disputa por el poder desde la inclusión de diversos sectores de mujeres con y sin militancia en partidos políticos, para la organización colectiva y la construcción de agendas comunes es la apuesta. Estas agendas recogen las luchas históricas de los feminismos contra las violencias machistas, expresadas fuertemente en las violencia sexuales y políticas; para exigir y legalizar el derecho a decidir y las autonomías de “nuestras cuerpas”; los derechos sexuales y reproductivos; la redistribución de  la riqueza y la renta; por el reconocimiento social y económico del trabajo de cuidados; por los derechos laborales, salarios dignos e  igualitarios  que permitan eliminar las brechas de género;  por una educación incluyente para todas y todos gratuita, universal y libres de sesgos sexistas.

No hay democracia posible en sociedades violentas, discriminatorias y extremadamente desiguales, por lo que se plantea, desde esta plataforma, la ampliación, profundización y radicalidad de las democracias del mundo, teniendo como eje de su praxis la construcción de autonomía de todas las personas.

Esta lucha se identifica con el feminismo anticapitalista que busca romper el sistema de opresión y explotación. La reivindicación del feminismo popular, comunitario, de clase, antirracista, anti patriarcal y anticolonial unifica las agendas y a lideresas de izquierda de varios países del mundo y en especial de la región latinoamericana.

Se incluye el principio de feminismo disidente, la libertad de identidad, un feminismo no binario que considera al género y a los mandatos de género como herramientas de opresión de todas las mujeres desde un enfoque interseccional. Un feminismo ecologista y anti punitivista, en resumen, un feminismo “para que todas las vidas sean plenas de derechos”. 

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