Por: Soledad Buendía, colaboradora de IDEAL
El 8 de marzo de cada año revindicamos la lucha de las mujeres por la igualdad en todo el mundo. La historia del Día Internacional de la Mujer se remonta a principios del siglo XX, cuando las mujeres comenzaron a organizarse y luchar por sus derechos políticos, económicos y sociales. La fecha del 8 de marzo fue elegida para honrar a las mujeres trabajadoras que protestaron por mejores condiciones laborales en Nueva York en 1908.
Desde entonces, las mujeres hemos seguido luchando por la igualdad de género, logrando avances significativos en muchos países. En Ecuador, en particular la Constitución del 2008, incorporó el 90% de las demandas de las colectivas y movimiento de mujeres. Sin embargo, aún enfrentamos desigualdades como la brecha salarial, la discriminación en el lugar de trabajo, la violencia de género y la falta de representación política.
En Ecuador, este 8 de marzo, las calles se llenaron de consignas para inspirar y empoderar a las mujeres a continuar luchando; las manifestantes mostraron con claridad el rechazo a la violencia estructural de género, a los femicidios, las desapariciones, la falta de oportunidades en un país en crisis e incorporaron los cuestionamientos al gobierno de Guillermo Lasso. Esta vez, al grito del patriarcado no se va a caer, lo vamos a tumbar, la marea violeta recorrió el centro histórico de Quito.
La fuerte convocatoria de la sociedad civil y de los movimientos de mujeres estuvo reforzada por mujeres de las 15 nacionalidades y los 18 pueblos indígenas representados en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).
Desde abajo y a la izquierda nuestras luchas permanecen y se expresan en las calles con indignación, canalizan la impotencia frente a la inacción u omisión gubernamental e institucional. La inseguridad y la impunidad son pan de todos los días en un país en el que cada 26 horas es asesinada una mujer y donde sólo 52 de los 456 procesos que inició la Fiscalía General del Estado por femicidio recibieron sentencia condenatoria en los dos últimos años.
Las luchas que se pierden son las que se abandonan. Las mujeres seguiremos levantando la voz, marchando y exigiendo una sociedad libre de violencias y discriminación.
Un gran agradecimiento a la RC por darnos 10 años de calidad de vida que hoy desde los GADS debemos recuperar y tener una Patria nueva.