Por: Gissela Garzón, asambleísta electa del partido de la Revolución Ciudadana
El 16 de mayo de 2023, horas después de su comparecencia ante el pleno de la Asamblea Nacional, el presidente banquero Guillermo Lasso, decidió disolver el legislativo y con ello, adelantar las elecciones. Desde entonces, el proceso de aprendizaje se profundizó.
La Revolución Ciudadana, proyecto liderado por Rafael Correa, tras diez años de gobierno exitoso, sufrió una traición interna que se tradujo en persecución, encarcelamiento, judicialización de la política y una profunda desinstitucionalización del Estado. La dolorosa realidad de inseguridad, violencia, desempleo, migración, deserción escolar, salud en crisis, vialidad destruida, falta de control fronterizo y demás problemas de los que adolece Ecuador, responden a esa destrucción sostenida, una pandemia desatendida y gobiernos de derecha tomando decisiones para el beneficio de unos pocos; esa derecha tiene en el balotaje del próximo 15 de octubre a su candidato, el bananero Daniel Noboa.
Los retos electorales no le asustan a la Revolución Ciudadana, sin embargo, en un contexto tan desolador, con una población desesperanzada y triste, nos preguntamos recurrentemente, ¿qué debía considerar nuestra campaña? Y para ello, debimos recurrir a nuestra propia historia, recorrer las páginas de nuestros pasos y traerlos de vuelta integrando las nuevas luchas y necesidades globales, le dijimos a la gente que podemos dejar de contar muertos para volver a contar obras, que si podemos volver a ser el Jaguar de Sudamérica y el Ecuador que Ama la Vida, que podemos recuperar la red vial estatal y el sistema de salud y educación públicos y de calidad y que una mujer, Luisa González, está capacitada y sensibilizada para hacerlo.
Ante el asesinato de un candidato presidencial que alteró el curso del proceso electoral, la narrativa mediática poco demoró en señalarnos como responsables y la agresividad en las reacciones de muchos y muchas no se hizo esperar. Luisa fue atacada por ser madre, por la edad de sus estudios, por la diferencia de edad de sus hijos, por su lugar de procedencia, por sus tatuajes y su acento, por los lentes que usa, por el escote pronunciado o la ausencia de éste, y además recibió amenazas, con testimonios incluidos, de intentos de atentados contra su vida.
Tuvimos que interrumpir actividades de campaña para presentar denuncias en Fiscalía y, como nunca, con nuestra militancia vemos a soldados y policías con fusil en mano, colchas antibalas, chalecos y cascos. Del otro lado de la orilla esta violencia parece no conocerse. Los titulares para Daniel Noboa resaltan la supuesta elegancia de su ropa y su aparente buen físico, la certeza de tener una buena esposa y el impecable peinado de su madre, él y ellas usan chaleco pero cuidan que combine con la ropa del día y saben que habrá un medio o dos que hagan análisis “fashionistas” al respecto. No ha existido un solo titular sobre las denuncias de violencia de género que pesan en su contra, el abandono a su primer hijo y las retaliaciones con pedidos de reparación de hasta 20 millones de dólares en contra de su primera esposa por haberlo denunciado.
Los planes de trabajo de ambas candidaturas son completamente opuestos. El binomio Luisa González y Andrés Arauz propone fortalecer el Estado, incentivar la obra púbica, utilizar parte de la reserva fiscal para atender las urgencias, garantía y ampliación de derechos, atención en salud mental, acompañamiento a víctimas y sistema de cuidados, fortalecimiento de la seguridad social, atención a desastres naturales y respeto a la Constitución.
Por su parte, el binomio Daniel Noboa y Verónica Abad proponen todo lo contrario. Reducción del Estado a su mínima expresión, privatización de salud, educación y seguridad social. Abad se niega a reconocer la violencia de género y Noboa a reconocer la evasión tributaria de su familia que supera los 80 millones de dólares.
En medio de este ambiente hostil, salimos todos los días, con la sonrisa y la esperanza como bandera. Formamos parte de la única organización que decidió que tanto el binomio presidencial como la mayoría de listas legislativas fueran lideradas por mujeres, que cumplió con la paridad y diversidad, que tiene un equipo que incluye 9 prefecturas, más de 50 alcaldías, decenas de concejales y juntas parroquiales, conformamos la bancada más grande de la Asamblea Nacional y estamos motivados y motivadas por el amor a nuestro país.
El contexto de violencia y judicialización de la política nos preocupa, por ello, pedimos a la comunidad internacional estar pendiente de los acontecimientos de los próximos días en Ecuador, acompañarnos en este momento y en democracia, ser testigos del cambio de gobierno.