Las imágenes de delincuentes encapuchados que se tomaron un canal de televisión durante una transmisión en vivo en Ecuador le dieron la vuelta al mundo, como un hecho inédito. Sin embargo, atribuirle el hecho solamente al enfrentamiento entre bandas delincuenciales o a la fuga de un líder criminal es quitarle la responsabilidad al mayor causante de la crisis que atraviesa ese país sudamericano: el Estado.