Los gobiernos progresistas en la Región aplicaron modelos y formas distintas de gobernanza, demostrando de manera inobjetable que el mejoramiento de la calidad de vida de los pueblos era posible.
En poco más de una década, los indicadores de desarrollo visibilizaron lo asertivo del accionar en esta parte del continente. Por primera vez se demostraba que la redistribución de la riqueza, la nacionalización de los recursos, la soberanía, las políticas sociales y de recuperación de la dignidad eran la vía para alcanzar el Buen Vivir.
Hoy que se vive la segunda ola progresista en México, Argentina, Bolivia y Perú, es indispensable aprender de las buenas prácticas pero también reformular las herramientas de transformación, comprender que nuevas retóricas políticas son fundamentales para gobernar para y con el pueblo. Citando al presidente Andrés Manuel López Obrador, entender que “¡para el bien de todos! primero los pobres” es un reto que se debe asumir.
Los procesos transformadores en la Región han impulsado la participación de una nueva generación política, jóvenes, hombres y mujeres que han tomado la posta y están liderando en sus localidades, en los parlamentos, en sus partidos y en sus organizaciones sociales. Jóvenes que llegan desde las bases sociales y partidistas para hacer de la política un espacio de servicio y transformación, con experiencias nuevas para la gobernanza.
En este contexto nace el Instituto para la Democracia Eloy Alfaro (Ideal – https://institutoideal.la/), promovido por Rafael Correa Delgado y más de 15 líderes y lideresas regionales. El Instituto es un centro de pensamiento dedicado a la investigación y generación de conocimiento e intercambio de prácticas exitosas de gobernanza para la capacitación y formación de nuevos liderazgos políticos en América Latina.
Tiene el objetivo de crear y difundir nuevas herramientas de gobernanza, con los aprendizajes de inicio de siglo y las propuestas vanguardistas de estos tiempos; es imperante, desde el progresismo, seguir siendo una alternativa real para el desarrollo de los pueblos. Para ello, contar con la participación y los testimonios de las principales figuras de la política regional hará de la propuesta de Ideal un proceso único y enriquecedor en la formación y capacitación de las nuevas generaciones. A través de actividades como cursos, conferencias y talleres, se busca dotar de herramientas teóricas y prácticas que permitan promover la democracia, la paz, los Derechos Humanos y el desarrollo en los países latinoamericanos.
Experiencia fundamental que invita a tejer redes de pensamiento crítico y constructivo, a confiar en que las nuevas generaciones políticas, con sus iniciativas, capacidades y con profunda pasión conducirán los procesos transformadores de los nuevos tiempos.
Cuando nos referimos al progresismo, nos referimos únicamente a una estructura montada en el concepto teórico como tal, quizá por ello debilita todo proceso de cambio.
El progresismo debe parir un legado fuerte, solido de derechos fundamentales y valores inviolables e intangibles en el ciudadano niño, joven o adulto hombre o mujer, que implique la necesidad de que todos y todas sean tratados como iguales, que tengan la capacidad de juzgar por si mismos y elegir su ventura.
El legado de patria progresista y soberanía debe proyectarse a construir #DignidadHumana. Cuando un ciudadano hombre o mujer es educado con el derecho fundamental de la dignidad, ese ser humano levanta, sostiene y perpetua el progresismo de generación en generación como medio de buen vivir.
Todo líder encasillado bajo la cualidad de PRESIDENTE debe tener una característica única, #ElSerDigno, que sepa honrar los compromisos con su pueblo, que haga respetar la reputación ciudadana, sea en nuestro caso ecuatoriano una ciudadanía revolucionaria.
Si no hemos construido #DignidadHumana, todo proceso revolucionario se debilita y cae porque los cerebros están vacíos y los corazones son indiferentes.